viernes, 27 de julio de 2012

¿Por qué dicen que es un trhiller adictivo? Solo lee un fragmento

No había ventanas, solo paredes.
Natalia se ahorró un par de preguntas a sus llorosas compañeras de habitación, que se amontonaban en el suelo. Tania y Elisabeth estaban junto a ella, aunque sentadas. Natalia continuaba de pie, palpando y recorriendo la pared con sus manos.
–Yo fui la primera –dijo Tania. Natalia la miró.
–¿Qué es lo que quieren? –preguntó Natalia.
–Dijeron que cuando estuviéramos todas, nos lo explicarían –.Tania empezó a llorar, mientras Natalia seguía examinando la pared.
Hacía frío allí dentro, sin embargo olía a sudor. Un muro en la esquina separaba una letrina maloliente. Natalia se asomó. La pestilencia le aturdió. Se tapó la nariz y la boca con la mano. El miedo habría soltado el estómago de algunas muchachas y las heces bañaban el fondo. Inspeccionó la letrina buscando algún tipo de mecanismo. No había tuberías, ni cisterna.
Natalia volvió, aún fatigada, con el grupo. Algunas chicas la miraban con los ojos hinchados, aterrados. Entonces comenzó a contagiarse del pánico reinante, pero se detuvo en un portón de madera en la otra punta de la habitación. Sorteó a un par de chicas, y se lanzó sobre la puerta, que dio un crujido.
–Está cerrada –le dijo una voz temblorosa desde el suelo.
Natalia la miró. La chica estaba sentada en el suelo, con la cabeza metida entre las rodillas. No podía verle la cara, pero podía imaginársela observando el resto de caras a su alrededor. Natalia se acuclilló junto a ella.
–¿Cómo te llamas? –le preguntó.
–Cheska –le respondió levantando la cara y mirándola.
La conocía. Era camarera del local donde había estado aquella noche. La había visto otras veces, pero nada que ver con la chica que veía ahora. Cheska, de pelo rubio platino abundante, de notable altura, de bonitos ojos azules, era ahora una pequeña chica encogida en la esquina de un zulo, con los párpados hinchados, la cara llena de rojeces y el pelo enmarañado. La chica empezó a temblar de forma notable, casi convulsionando. Natalia le cogió la mano. La notó helada y sin fuerza.
Natalia miró a su alrededor intentando pedir ayuda con la mirada, pero ¿a quién? Entonces, contemplando detenidamente una a una, visualizó la verdadera realidad de aquella habitación. Distinguió a Tania ocultarse tras el muro y, seguidamente, escucharse el sonido de un vómito agresivo. Después a Elisabeth derrumbarse sobre la pared, absolutamente derrotada. Se detuvo en otra chica, que tenía la cara metida entre las rodillas en la misma postura que Cheska. Natalia hubiera jurado que la chica no estaba respirando. Tenía el pelo de un tono rubio oscuro y ondulado, y a Natalia le llamaba la atención que se hubiera quitado los zapatos. A punto estuvo de levantarse y comprobar si la muchacha estaba bien, pero un ruido procedente de la garganta de Cheska la hizo girarse hacia ella.
–¡Cheska! –chilló Natalia.
Cheska parecía asfixiarse. Se le escapaba un ruido por la boca y por la nariz que recordaba el sonido de un cerdo. Era continuo y cada vez más rápido. Natalia le levantó la cabeza y sujetándola por la nuca la apoyó en la pared. La respiración angustiosa de Cheska se fue calmando.
–¿No hay agua? –le preguntó al resto.
No –las que no contestaron con la voz lo hicieron con la cabeza.
Ahora todas observaban a Natalia, hasta la chica inerte había levantado la cabeza.
Natalia empezó a sentir el miedo que apretaba su pecho. Ninguna de sus compañeras se había inmutado con el ataque de Cheska, lo que le incitó a deducir que pasaba frecuentemente en aquella habitación. La falta de agua le recordó dónde estaba verdaderamente. La presión de su pecho cada vez era más fuerte y empezaba a bajar hacia el estómago.
Natalia soltó la nuca de Cheska y se levantó. El miedo no dejaba de atenazarla, aumentaba por momentos. Intentó respirar hondo pero no podía, intentó tranquilizarse cerrando los ojos, pero seguía oyendo unos lamentos que le hacían empeorar.
Miró al techo, una triste luz las iluminaba. Aún así la luz directa de la bombilla le hizo ver, durante unos segundos, puntos amarillos sobre la pared y sus compañeras, lo que le produjo aún más fatiga.
Volvió a mirar el portón de madera, el miedo iba invadiendo el resto de su cuerpo, echó su peso sobre la puerta y esta volvió a crujir. Natalia la contempló unos segundos. La empujó de nuevo provocando que el crujido fuera más fuerte y volviendo a atraer la atención de sus compañeras. Esta vez Natalia cogió impulso y arremetió contra la puerta con más fuerza si cabe, cayendo al suelo. El hombro le empezó a doler, pero eso no importaba, tenía una única obsesión, la puerta.
–¡Joder! ¡Ayudadme! –gritó a sus compañeras.
Cogió impulso con sus dos piernas, y golpeó la puerta, ahora con los pies. El crujido resonó más fuerte todavía. Realmente, la echaría abajo si continuaba.
–¡Natalia, no! –le gritó Tania –¡No!
Pero los gritos de Tania le animaron y volvió a patearla con más ahínco todavía.
–¡Imbéciles! –gritó Natalia como si alguien escuchara al otro lado del portón.
–¡Natalia, para!–. Elisabeth intentó arrastrarla lejos de la puerta, pero tuvo que apartarse de Natalia.
Natalia sufría un ataque de furia y sus insultos rugían más alto, y sus golpes, in crecendo, eran más rápidos y fuertes. Sus amigas nunca la habían visto actuar así, pero Natalia lo hacía a conciencia ya que se sentía mejor haciéndolo. La puerta cedía y volvía a su lugar a cada golpe, y los crujidos hacían presagiar que se rompería de un momento a otro.
Natalia no era la única que gritaba, había sacado al resto de muchachas del aturdimiento y le gritaban a ella, intentando que parara de hacer aquello. Pero le producían la misma sensación que los gritos de Tania. Seguir golpeando.

El tacón de su zapato se hundió en la puerta. Natalia se quedó perpleja y los gritos cesaron bruscamente. Intentó hacer palanca con él para abrir un agujero más grande, pero el tacón se despegó de cuajo, quedando el zapato únicamente con la suela.
Natalia se asfixiaba. Estaba exhausta, derrotada, sudorosa. Se apartó de la puerta arrastrándose por el suelo, y se quitó el zapato roto del pie.
–¿Por qué no me ayudáis, joder? –le reprendió a las demás.
–No puedes hacer eso –le contestó una de ellas.
–¿Por qué?
–Nos lo advirtieron –le explicó Tania –, no…
Se oyó un ruido procedente del otro lado de la puerta y todas las jóvenes se apiñaron en la pared detrás de Natalia. Percibieron un segundo chasquido chirriante. Rápidamente un tercero y la puerta se abrió. El exterior era luminoso, al menos comparado con aquella penumbra en las que las habían encerrado. Natalia miraba fijamente hacia la puerta.
Una mujer y tres hombres entraron. La mujer revisó la puerta e inquirió fijamente a Natalia. La mirada que Natalia recibió atravesaría diez portones de madera como el que había roto. Sintió humedad en la mano que tenía apoyada en el suelo. Por la temperatura y el olor, dedujo que una de sus compañeras se habría orinado, algo que ella misma estuvo a punto de hacer al examinar el aspecto de los tres hombres que accedieron a la habitación y la mujer que los acompañaba.
A Natalia se le despejaron todas las dudas respecto a la razón por la que las tenían allí. Y el pánico la volvió a invadir."


Entre los más vendidos de Amazon.es con la máxima puntuación por parte de los lectores






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Para los lectores de América

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viernes, 13 de julio de 2012

jueves, 12 de julio de 2012

El ritual comienza en Amazon, ¿te atreves a entrar?

En tiempos de Keops, una egipcia llamada Nellifer y sus nueve discípulas fueron retenidas en un templo frente a las obras de La gran pirámide, y sometidas a uno de los rituales más crueles conocidos por el hombre.

...Hoy, como cada cinco años, desde hace más de 45 siglos, la orden del ritual está preparada para un nuevo comienzo, y sus cuatro líderes, El Guardián, La Protectora, La Dama, y El Maestro, para ejecutarlo. Diez jóvenes han sido elegidas a priori para morir en un ritual en el que la tortura psíquica puede superar aun la física.


“…El Maestro, la Dama y la primera sobre el círculo sagrado. La Protectora y el Guardián a sus pies.

Las nueve presidirán el sacrificio de la primera y es cuando tomarán conocimiento de que una por una irán muriendo aún sin saber el cómo.”


Una elegida diferente...


“¿Quien cree ver a Nellifer en sus ojos?”


Una joven capaz de enfrentarlos con el único arma que no pueden quitarle...una mente superdotada y algo que no esperan...



"Ellos no lo saben. No me habrían elegido a mí"


Narrada desde dos caminos en un mismo espacio de tiempo,

los que desean parar el ritual desde fuera,


“—¿ De cuánto tiempo disponemos?

—Veinticuatro horas.”


Y la tortura de las diez desde dentro.


“Creí que nos estaban poniendo al límite, pero no hay límites aquí dentro”


Dos organizaciones milenarias enfrentadas por el secreto que esconde la construcción de una pirámide. Los que retan a Nellifer a traves del tiempo y los que llevan siglos esperando su regreso.


La maldicion de una egipcia que prometio volver


"Empezareis a sangrar, empezareis a morir, y alquien anunciara que he vuelto"


Una historia de la que no podrás salir hasta la última página.


“Los que buscan el conocimiento te llaman Nellifer,

Protege a tus discípulas o morirán”

El ritual ha comenzado.

Ya a la venta en Amazon: Décima el ebook http://www.amazon.es/D%C3%A9cima-Docta-ebook/dp/B008HSECJW/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1341753581&sr=8-1
www.decimadocta.com
www.decimadocta.blogspot.com
Tambien la encontraras en las redes sociales de facebook y Twitter

miércoles, 11 de julio de 2012

Décima Docta al fin en versión digital


Ya teneis Décima Docta en versión digital en Amazon y para todo el mundo. La novela que cautivó a cientos de lectores en su versión en papel, ahora descargar para ebook en la tienda Kindle. Os dejo el enlace para Amazon España. Aunque tambien está disponible en Amazon.com
Décima Docta en ebook

viernes, 6 de julio de 2012

Algunas joyas que me dejaron las reseñas de algunos blog

Aqui os dejo algunas joyas que me regalaron los blog literarios cuando la reseñaron:

"En un determinado momento me pasó algo que no recuerdo me haya pasado con ningún otro libro. Cuando empieza el ritual, cuando comienzan los preparativos para asesinar a la primera chica, la atmósfera se vuelve tan tensa, que me produjo efectos físicos: se me formó un nudo en el estómago y se me aceleró el corazón. De verdad, como lo cuento. Es como en las películas de misterio o de terror, cuando sabes que va a pasar algo pero no porque veas nada sino porque ponen esa musiquilla que te pone los nervios de punta. Pues, no me digáis cómo se puede conseguir eso sin imágenes y sin sonido, sólo con palabras, pero Myriam lo consigue". (Blog Libros que hay que leer, Laky)
"Myriam Millán ha recreado con un realismo asombroso la absoluta frustración de las doctas durante su cautiverio, la impotencia ante una muerte cercana y un sacrificio cruento al que deben someterse pero que son incapaces de entender" (Negro sobre blanco, Ana Kayena).
"A medida que nos acercamos a los capítulos finales comienzan a desvelarse muchos hechos sorprendentes, que al menos en mi caso han sido completamente inesperados y han hecho que no pudiese parar de leer hasta alcanzar la página final"
(Universo de libros, Tatty)
"La trama es adictiva al 100%, estamos ante una de esas novelas que no puedes dejar de leer, quieres saber qué ocurrirá con las doctas, si algo o alguien será capaz de detener el macabro ritual y, sobre todo, ¿Qué es de la décima docta? ¿Por qué, si son diez las chicas secuestradas, sólo aparecen muertas nueve? Si no la matan ¿por qué no vuelve a saberse de ella nunca más?" (las lecturas de Shaka, de Sara)
"Pocas veces he tenido un libro en manos que no he podido soltar y más últimamente, en que el tiempo para dedicar al ocio brilla por su ausencia. Cuando comencé a leer Décima Docta supe que muy a mi pesar, porque quería saborearla y paladearla, la novela me iba a durar un suspiro, y así fue, a pesar de mi escaso tiempo lo sacaba hasta de debajo de las piedras, sacrifiqué horas de sueño, de estudio y de algún lado más que queda en la esfera privada, pero en tres días lo liquidé, y es que me era imposible soltarlo, se me pegaba a las manos y se negaba a dejarme ir." (De tinta en vena, Carmina).
"Desde el primer momento, el escozor de la curiosidad te arde bajo la piel y no desaparece hasta que rascas la última página. Es una novela dura, un calvario de torturas y terrores. Sobre todo, un misterio que va creciendo y envolviendo la conciencia hasta que te obliga a saber quién era Nellifer, quiénes son las 10 elegidas, por qué suceden cosas tan atroces y si vas a soportar averiguar la verdad" (Torre de Babel, Babel Td).
 Si comenzarla a leer, en wattpad hay colgados los primeros 36 capítulos de la novela de forma gratuita.
Os dejo también el enlace de Amazon http://www.amazon.es/D%C3%A9cima-Docta-ebook/dp/B008HSECJW/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1341600440&sr=8-2

La décima docta

Quiza para algunos no necesite más presentaciones. Hace algo más de dos años, creyentes de una tradición egipcia, me secuestrarion junto a nueve jóvenes más y fuimos sometidas a un ritual en el cual vivimos los peores tormentos que pueda imaginar un ser humano. Y hoy, recordando el nombre de cada una de mis compañeras que quedaron allí, puedo decir que en el invierno de 2010 fui victima de un ritual milenario que cambió mi vida, aunque a lo mejor no de la forma que imaginais. Tal vez, diez dias de tortura son suficientes para que cualquiera se sienta vencido, para mi fue diferente, y todo el que ha estado allí dentro  conmigo lo sabe, soy diferente. Y a veces pienso que fue una suerte para mí el estar hecha de esta materia que me hace distinta a los demás.
¿Dónde estoy? Es algo que preguntan con frecuencia. Aun no puedo decirlo ya que estos dos años han sido diferentes a lo que en un principio esperaba. El doctor Mason se retiró de los rituales durante un tiempo, pero al fin ha comprendido que una novela no ha sido suficiente para construir mi caracter y ha vuelto al trabajo. Algo que era necesario, ya que al parecer, el ritual de la décima ha despertado las creencias de otros asesinos colectivos cuyas historias se remontan a siglos de antiguedad. Me alegra que haya aceptado un nuevo caso, aunque no este precisamente. Esta vez tendrá que analizar mentes perturbadas del pasado si quiere encontrar  los  orígenes que mueven a los asesinos de este nuevo ritual. Por la naturaleza de esta nueva organización a la que se acerca, temo que tendrá que enfrentarse a sus peores temores y dudo que pueda esconderse detrás de sus libros, ya sabeis lo cobarde que es para esas cosas.Por suerte aun no es consciente de ello, y pasa sus dias leyendo y paseando con cierta joven, que espero que este hecha de titanio, ya que Emanuele aun esta en el punto de mira de todos los que quieren matarme.
Aún no he tenido ocasión de leer los estudios que ha hecho el doctor sobre mi mente, aun así estoy impaciente. Yo misma he sentido la curiosidad de buscar si en mi adn estaban los origenes de mi particularidad. Aun no me acostumbro a esa tendencia que teneis la mayoría de los que me conoceis, a buscar justificaciones a mi conducta. Esas que podrían dar lógica al por qué se me puede querer y odiar al mismo tiempo, admirarme, idolatrarme, y de alguna forma a no alejarse de mí. ¿Justificaciones? No os engañeis, no las hay. Y nunca deseeis que las hubiera, ya que de existir ellas, yo nunca hubiese podido contar esta historia.
Para los que no conocen el ritual de la Décima Docta y quieran saber qué ocurrió allí dentro aqui lo teneis al completo
El resto, os lo contaré dentro de poco.

                                                                                    Natalia,

                                                                                              la décima docta

                                                                                     

martes, 19 de junio de 2012

Sorteo de Kindle

El blog entremontones de libros ha preparado el sorteo de un Kindle para celebrar sus mil seguidores. No os lo perdais, solo hay que hacerse seguidor del blo y rellenar el formulario. Suerte si os animais, yo me apunto por supuesto. Me encanda los lectores digitales, el gran fallo del mio es que no lee el formato Kindle, y este formato estan la mayoria de libros de mi lista de pendientes. Así que espero tener suerte.
Os dejo el enlace:
http://entremontonesdelibros.blogspot.com.es/2012/05/ya-somos-mil-gracias-todos.html

domingo, 13 de mayo de 2012

Dos nuevos capítulo de Décima docta en wattpad (35-36)

Dos nuevos capítulos de Décima docta en  wattpad. Allí podeis dejar vuestros votos y comentarios. Os recuerdo que Décima docta esta disponible en Casa del libro, Corte Inglés y Amazon, pero tambien podeis encargarla desde cualquier libreria.

martes, 1 de mayo de 2012

Decima docta en Wattpad (Cap1-34)

Hay muchas personas interesandose en la Décima docta. A los que habeis enviado correos preguntando si está disponible en versión digital, tengo que deciros que la editorial NO va a publicarla en versión digital. Comprendo que hoy dia, tal y como estan las cosas, no es tan fácil decidirse a adquirir un libro en papel, ya que el precio puede duplicar  o triplicar el de un ebook. Aun es más dificil, cuando con anterioridad no has leido nada de un autor o el autor es poco conocido, y hay cierto riesgo que la novela no te guste. Valorando todo esto, y animando a todo el que este interesado en darle una oportunidad a la décima, he decido publicar en wattpad un volumen considerable de la misma. Son 166 páginas de la novela (34 capítulos de 129). Por supuesto os animo a todos a comenzar a leerla. Los que estais en duda sobre adquirirla o no, podeis decidiros o desecharla definitivamente.
Os dejo el enlace, y por supuesto, espero vuestras valoraciones y comentarios.

http://www.wattpad.com/story/1282910-d%C3%A9cima-docta
Besos a todos los que apoyais a la décima, Myriam Millán

viernes, 27 de abril de 2012

Sant Jordi 2012: Asi fue mi primera feria del libro

Sant Jordi 2012


Abrí los ojos a las 7.15 de la mañana y ya estaba nerviosa. Los sonidos metálicos se habian repetido durante toda la noche. Sabia que cuando abriera la puerta del balcón la imagen que veria respecto a la noche anterior habría cambiado y aquello acentuó aún mas mi curiosidad y ganas de abrirla. Tras de ella, me esperaba algo que desconocia.
No lo dude y empujé la puerta. A lo largo y a lo ancho de la Rambla Cataluya habia comenzado la gran fiesta. Parecia mentira, pero ya esta montado al completo y se podia intuir lo uq evendria despues. Los libros se apilaban en las mesas. El rojo de las rosas salpicaba la calle. Y ya habia quien se animaba a mirar alguna que otra parada.
Me agarre a la baranda del balcón. Estaba mirando aquel otro mundo, el de la cultura, en el que a veces me colaba. Habia cruzado España entera, decidida, y sin embargo, en aquel momento no sabia qué hacia alli.
Me detuve a pensar mientras contemplaba los últimos preparativos. Qué fácil habia resultado escribirla, y qué diferente era todo lo que venia despues.La gente pasaba, y algunos ya se habian animado a hacer alguna compra, era muy temprano, pero aquello habia comenzado, para ellos y para mi.
Y entonces surgió la gran pregunta en mi cabeza . Innumerables escritores, algunos de nombres tan pronunciados que hasta me daba miedo, pasarian por alli"¿Y qué hago yo aqui?" Grandes obras actuales, clásicos, best seller inundaban la calle, "¿qué pinto yo aqui?". Grandes editoriales nacionales e internacionales publicitaban sus obras y los autores que las firmaban, "¿Para qué he venido yo aqui?. Yo no tendria que estar aqui".
Pero estaba allí, a unos metros sobre las ramblas. Y un rato despues tendria que bajar, sentarme tras una pila de Decimas doctas, y firmarlas como una más. Recordé los sueños de niña, aquello lo habia hecho innumerables veces en el pensamiento, cuando pensaba que algun dia seria escritora. ¿Lo habia logrado? La respuesta fue rotunda en mi cabeza "No. Si lo hubiera conseguido no me sentiria como una intrusa aqui".
Pensé en Décima docta, quizás la habia olvidado a ella. La habia dejado a un lado, otro proyecto ocupaba todo mi tiempo y la habia olvidado. Antes de comenzar con una nueva novela creia en ella con todas mis fuerzas. Solo hacia cinco meses de su publicación, no habia tenido ningun respaldo publicitario, ningun apoyo, y sin embargo desde que la deje ir, no habia hecho pausa en su camino. Me sentí mal, quizás ahora la habia apartado porque tenia mis esperanzas en otra novela, como si ella no existiera, como si ya hubiera acabado. Pero ella estaba ahi, abriendose paso practicamente sola, y en cinco meses, se habia colado en las ramblas, en una de las fiestas de la cultura más importantes de España, compartiendo calle con los mejores libros de la actualidad, y arrastrando con ella a su autora y todo lo hizo sola. Se lo debia, tenia que bajar y hacerlo lo mejor que sabia.
Y asi fue, cuando me senté en la silla para firmar junto a una pila de mis novelas,  surgió al fin la respuesta a todas esas preguntas que me hice aquella mañana. Claro que tenia que estar alli, y la razón la tenia delante de mi en forma de libro. Yo era parte de La décima, quizás la parte más importante de ella. Yo era,  su autora.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El universo de los libros: Sorteo Décima docta

El universo de los libros: Sorteo Décima docta: Hace unos días publiqué la reseña de un libro que me gustó mucho y hoy, gracias a su autora, os traigo este sorteo en el que podéis ganar un...

miércoles, 8 de febrero de 2012

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sábado, 7 de enero de 2012

Diez elegidas, diez metros cuadrados, diez dias de tortura...

No había ventanas, solo paredes.
Natalia se ahorró un par de preguntas a sus llorosas compañeras de habitación, que se amontonaban en el suelo. Tania y Elisabeth estaban junto a ella, aunque sentadas. Natalia continuaba de pie, palpando y recorriendo la pared con sus manos.
–Yo fui la primera –dijo Tania. Natalia la miró.
–¿Qué es lo que quieren? –preguntó Natalia.
–Dijeron que cuando estuviéramos todas, nos lo explicarían –.Tania empezó a llorar, mientras Natalia seguía examinando la pared.
Hacía frío allí dentro, sin embargo olía a sudor. Un muro en la esquina separaba una letrina maloliente. Natalia se asomó. La pestilencia le aturdió. Se tapó la nariz y la boca con la mano. El miedo habría soltado el estómago de algunas muchachas y las heces bañaban el fondo. Inspeccionó la letrina buscando algún tipo de mecanismo. No había tuberías, ni cisterna.
Natalia volvió, aún fatigada, con el grupo. Algunas chicas la miraban con los ojos hinchados, aterrados. Entonces comenzó a contagiarse del pánico reinante, pero se detuvo en un portón de madera en la otra punta de la habitación. Sorteó a un par de chicas, y se lanzó sobre la puerta, que dio un crujido.
–Está cerrada –le dijo una voz temblorosa desde el suelo.
Natalia la miró. La chica estaba sentada en el suelo, con la cabeza metida entre las rodillas. No podía verle la cara, pero podía imaginársela observando el resto de caras a su alrededor. Natalia se acuclilló junto a ella.
–¿Cómo te llamas? –le preguntó.
–Cheska –le respondió levantando la cara y mirándola.
La conocía. Era camarera del local donde había estado aquella noche. La había visto otras veces, pero nada que ver con la chica que veía ahora. Cheska, de pelo rubio platino abundante, de notable altura, de bonitos ojos azules, era ahora una pequeña chica encogida en la esquina de un zulo, con los párpados hinchados, la cara llena de rojeces y el pelo enmarañado. La chica empezó a temblar de forma notable, casi convulsionando. Natalia le cogió la mano. La notó helada y sin fuerza.
Natalia miró a su alrededor intentando pedir ayuda con la mirada, pero ¿a quién? Entonces, contemplando detenidamente una a una, visualizó la verdadera realidad de aquella habitación. Distinguió a Tania ocultarse tras el muro y, seguidamente, escucharse el sonido de un vómito agresivo. Después a Elisabeth derrumbarse sobre la pared, absolutamente derrotada. Se detuvo en otra chica, que tenía la cara metida entre las rodillas en la misma postura que Cheska. Natalia hubiera jurado quela chica no estaba respirando. Tenía el pelo de un tono rubio oscuro y ondulado, y a Natalia le llamaba la atención que se hubiera quitado los zapatos. A punto estuvo de levantarse y comprobar si la muchacha estaba bien, pero un ruido procedente de la garganta de Cheska la hizo girarse hacia ella.
–¡Cheska! –chilló Natalia.
Cheska parecía asfixiarse. Se le escapaba un ruido por la boca y por la nariz que recordaba el sonido de un cerdo. Era continuo y cada vez más rápido. Natalia le levantó la cabeza y sujetándola por la nuca la apoyó en la pared. La respiración angustiosa de Cheska se fue calmando.
–¿No hay agua? –le preguntó al resto.
No –las que no contestaron con la voz lo hicieron con la cabeza.
Ahora todas observaban a Natalia, hasta la chica inerte había levantado la cabeza.
Natalia empezó a sentir el miedo que apretaba su pecho. Ninguna de sus compañeras se había inmutado con el ataque de Cheska, lo que le incitó a deducir que pasaba frecuentemente en aquella habitación. La falta de agua le recordó dónde estaba verdaderamente. La presión de su pecho cada vez era más fuerte y empezaba a bajar hacia el estómago.
Natalia soltó la nuca de Cheska y se levantó. El miedo no dejaba de atenazarla, aumentaba por momentos. Intentó respirar hondo pero no podía, intentó tranquilizarse cerrando los ojos, pero seguía oyendo unos lamentos que le hacían empeorar.
Miró al techo, una triste luz las iluminaba. Aún así la luz directa de la bombilla le hizo ver, durante unos segundos, puntos amarillos sobre la pared y sus compañeras, lo que le produjo aún más fatiga.Volvió a mirar el portón de madera, el miedo iba invadiendo el resto de su cuerpo, echó su peso sobre la puerta y esta volvió a crujir. Natalia la contempló unos segundos. La empujó de nuevo provocando que el crujido fuera más fuerte y volviendo a atraer la atención de sus compañeras. Esta vez Natalia cogió impulso y arremetió contra la puerta con más fuerza si cabe, cayendo al suelo. El hombro le empezó a doler, pero eso no importaba, tenía una única obsesión, la puerta.
–¡Joder! ¡Ayudadme! –gritó a sus compañeras.
Cogió impulso con sus dos piernas, y golpeó la puerta, ahora con los pies. El crujido resonó más fuerte todavía. Realmente, la echaría abajo si continuaba.
–¡Natalia, no! –le gritó Tania –¡No!
Pero los gritos de Tania le animaron y volvió a patearla con más ahínco todavía.
–¡Imbéciles! –gritó Natalia como si alguien escuchara al otro lado del portón.
–¡Natalia, para!–. Elisabeth intentó arrastrarla lejos de la puerta, pero tuvo que apartarse de Natalia.
Natalia sufría un ataque de furia y sus insultos rugían más alto, y sus golpes, in crecendo, eran más rápidos y fuertes. Sus amigas nunca la habían visto actuar así, pero Natalia lo hacía a conciencia ya que se sentía mejor haciéndolo. La puerta cedía y volvía a su lugar a cada golpe, y los crujidos hacían presagiar que se rompería de un momento a otro.
Natalia no era la única que gritaba, había sacado al resto de muchachas del aturdimiento y le gritaban a ella, intentando que parara de hacer aquello. Pero le producían la misma sensación que los gritos de Tania. Seguir golpeando.
El tacón de su zapato se hundió en la puerta. Natalia se quedó perpleja y los gritos cesaron bruscamente. Intentó hacer palanca con él para abrir un agujero más grande, pero el tacón se despegó de cuajo, quedando el zapato únicamente con la suela.
Natalia se asfixiaba. Estaba exhausta, derrotada, sudorosa. Se apartó de la puerta arrastrándose por el suelo, y se quitó el zapato roto del pie.
–¿Por qué no me ayudáis, joder? –le reprendió a las demás.
–No puedes hacer eso –le contestó una de ellas.
–¿Por qué?
–Nos lo advirtieron –le explicó Tania –, no…
Se oyó un ruido procedente del otro lado de la puerta y todas las jóvenes se apiñaron en la pared detrás de Natalia. Percibieron un segundo chasquido chirriante. Rápidamente un tercero y la puerta se abrió. El exterior era luminoso, al menos comparado con aquella penumbra en las que las habían encerrado. Natalia miraba fijamente hacia la puerta.
Una mujer y tres hombres entraron. La mujer revisó la puerta e inquirió fijamente a Natalia. La mirada que Natalia recibió atravesaría diez portones de madera como el que había roto. Sintió humedad en la mano que tenía apoyada en el suelo. Por la temperatura y el olor, dedujo que una de sus compañeras se habría orinado, algo que ella misma estuvo a punto de hacer al examinar el aspecto de los tres hombres que accedieron a la habitación y la mujer que los acompañaba.
A Natalia se le despejaron todas las dudas respecto a la razón por la que las tenían allí. Y el pánico la volvió a invadir.